lunes, 12 de abril de 2010

TODA la Cultura como recurso turístico

Se suele identificar de un modo simplista los recursos turísticos culturales con "piedras". Las que componen iglesias, castillos, casonas... que acaban definiendo un estilo arquitectónico ya sea, prerrománico, románico, flamígero, modernista...

Sin embargo, TODAS y cada una de las singularidades de un destino turístico (país, región o comarca) constituyen su identidad cultural. Un mundo en el que comida, bebida, arquitectura popular, folklore, creencias, habla... el modo de relacionarse con la naturaleza y con otras sociedades, forman parte de su oferta cultural.

Es nuestra obligación mantenerla y hacerla convivir con nuevas influencias, en un mundo cada vez más globalizado. Entre otras razones de mayor calado, porque son esas singularidades culturales las que valoran y se cotizan en el mercado turístico. Porque un arroz no es una paella, llenar un vaso no es escanciar, el break-dance no es el pericote, un bocadillo con tomate no es pan amb tomaca, ni un niño es un guaje o agradar es prestar. Y cada una de esas "pequeñas" diferencias son las que mueven los pasos y voluntades de los turistas hacia lugares en los que vivir esas experiencias. Diferencias que se muestran a través de las palabras como vehículo de la cultura de un pueblo. Valorarlas, cuidarlas, usarlas, difundirlas, mantenerlas.. es hacer lo mismo con nuestra cultura. Además, con ello nuestro potencial turístico crecerá.

Si murnies, sal a caleyar y folgar pe les soleyeres cuestes del Aramo. Porque si lo has entendido y captado los matices, es que estás tan cerca de aquí como para acercarte ¿O quédate algo que iguar?

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