miércoles, 10 de marzo de 2010

Agua para Oviedo fin de un pueblo

En la actualidad, se nos hace casi imposible imaginar como podían vivir las gentes en las aldeas asturianas hace tan solo 50 años. En nuestra zona, donde la mayor parte de la población reside y ha residido en los núcleos más rurales, la calidad de vida era algo muy relativo. El esfuerzo que había de realizarse para poder tener una vivienda y unas pequeñas fincas donde poder cultivar los alimentos y dar pasto a los animales, era un esfuerzo muy costoso. Y una vez que podías conseguirlo, la vida de la mujer de la casa era aún más estresante, que si trabajar fuera, atender al resto de la familia, ir a por agua a la fuente, ir al río a lavar la ropa, hacer la comida en aquellas cocinas de leña..... y hoy nos quejamos teniendo todas las comodidades del mundo. Pero es cierto que tenían otros valores y aprendieron a ser felices con muy poco, lo más importante para ellos era estar toda la familia junta... ¡ay! y que numerosas eran las familias de antes..... Pues con todos esos esfuerzos para poder llevar una vida más o menos digna, hubo un momento en el que muchas familias vieron cómo sus sueños y su trabajo de toda una vida se hundía.



Para alguien que conozca hoy el pueblo de Peñerudes en Morcín, le gustará tal y como está, con las increíbles vistas que produce el entorno del embalse de Los Alfilorios. Pero para los mayores del lugar, les produce nostalgia el recordar la vida que debajo del agua se quedó, porque aunque no lo parezca, debajo de todos esos litros de agua, se quedó sepultado todo un pueblo. Sumergieron parte del poblado de Barrea y Vixel. Lugares donde estaba "la industria", porque había varias carpinterías y molinos. Recuerdo desde pequeña oír hablar a mi abuela de cuando tenía que ir al "Río Barrea" a lavar la ropa, a por calderos de agua, o cuando en verano había que "dir a la yerba", o atender las huertas de la vega del río. Pero a mí me cuesta tanto poder imaginar el hermoso valle que allí debió haber. Y tu, ¿puedes imaginarlo?

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